A través de los tiempos las empresas han recurrido a diferentes modelos organizacionales dependiendo de sus necesidades. En los últimos años, con ambientes cada vez más globalizados, se hace muy importante configurar las estructuras internas de cada empresa para mejorar su flexibilidad, dinamicidad, eficiencia y capacidad de adaptación, de acuerdo a la constante evolución de las sociedades, sus requerimientos y el talento humano que las conforman.
También se debe mejorar la simplicidad para lograr fortalecer la estructura de las organizaciones, la integración para tener los mismos valores, la filosofía en todas sus líneas, y el conocimiento de todos los miembros de los equipos que conforman el engranaje operacional de la empresa.

El objetivo general de la estructura organizacional es alcanzar el orden dentro de la empresa, como dijimos al principio, dependiendo de la necesidad de ésta, se asignan las funciones y actividades a las distintas direcciones, divisiones o departamentos para sus áreas específicas de desarrollo y se establece la jerarquización de la autoridad y responsabilidad de cada unidad, cuyo fin común, es el éxito de la actividad emprendida.

Dentro de los nuevos enfoques organizacionales se han tomado en cuenta, no solo el cómo está estructurada la división de las actividades y responsabilidades, sino la comunicación que debe existir entre cada uno de los departamentos que conforman a la organización; es de suma importancia, que cada uno de estos tenga el conocimiento a través de la integración de los administradores o líderes que la conforman. En este sentido, cada área debe estar conformada por personal calificado para llevar a cabo las labores específicas que se requieran para el óptimo funcionamiento de todo el esquema organizacional.

La importancia del liderazgo en los nuevos enfoques organizacionales es vital para la integración, la funcionalidad y el éxito de todo el sistema. Los líderes deben planear la capacitación a través del conocimiento y del manejo de información de cada uno de los integrantes de su equipo de trabajo, reconociendo sus logros individuales, fomentando la comunicación entre todos e integrándolos en la toma de decisiones administrativas.

El éxito de una estructura organizacional depende en gran medida de los líderes de cada gerencia o dirección, departamento o división de la empresa; de ahí la importancia de incentivar la comunicación efectiva, el buen trato, el respeto, valorando la honestidad, el esfuerzo y la productividad de cada uno de los integrantes del equipo de líderes.
La función del líder debe ser alcanzar las metas propuestas para el bien común de toda la organización, administrando de manera correcta las actividades que cada integrante debe realizar y, a su vez, reconocer los logros alcanzados.

Independientemente del enfoque organizacional que formule cada empresa, se debe tomar como factor clave la selección del personal más calificado, para afianzar el desempeño exitoso a largo plazo de la organización. Igualmente, se debe promover el desarrollo constante y la capacitación de todo el talento humano ya existente dentro de la misma.